A lo largo de la vida laboral, es habitual que muchos trabajadores/as acaben pasando por un proceso de despido.
En muchas ocasiones, se desconocen los derechos que, como trabajadores/as les amparan, por lo que resulta muy útil saber cómo actuar cuando les han despedido.
Habitualmente, el despido se produce en la misma empresa, es decir, de forma presencial. Recordemos que otras formas de despido pueden no ser válidas, como por ejemplo a través de un mensaje de Whatsapp.
La empresa debe entregar en el momento de comunicar el despido varios documentos: la carta de despido, en la que se debe alegar el tipo de despido que se realiza, así como las causas del mismo en aquellos casos en las que debe hacerse.
Asimismo, en el mismo acto, debe entregar el documento de finiquito, que es aquel en el que deben desglosarse todos los conceptos económicos que deben desembolsarse: parte proporcional de la nómina en función de la fecha en la que se produzca el despido, parte proporcional de las pagas extra, vacaciones no consumidas y que deben ser abonadas, etc.
Dependiendo del tipo de despido, es posible que también sea necesario el pago de una indemnización. Pago que deberá realizarse en el momento de producirse el despido.
En cualquiera de los documentos, tanto en la carta de despido, como en el finiquito y, en su caso, el pago de la indemnización, el trabajador/a que no esté conforme, bien sea con la causa de despido, o con las cantidades reflejadas, debe firmar dichos documentos con la fecha, su firma y las palabras NO CONFORME, o bien, en caso de que el finiquito y la indemnización no se abonen en el momento un “pendiente de pago”.
Hay que aclarar que, aunque es aconsejable reflejar esta falta de conformidad, el trabajador/a podrá reclamar posteriormente si no estuviera conforme y aunque no lo hubiera reflejado.
Es importante que se guarden las copias de todos los documentos presentados por la empresa, la cuál nos las debe entregar. De esta forma, si no está de acuerdo con alguno de los aspectos del despido, podrá acudir con dicha documentación a un abogado laboralista para su revisión.
Una vez se ha producido el despido, es importante reaccionar pronto, ya que existe un plazo determinado para reclamar: 20 días hábiles desde el despido.
La labor de asesoramiento y apoyo de un abogado laboralista es clave, ya que nuestro trabajo consiste en revisar todos los aspectos de dicho despido para buscar posibles errores y así iniciar un procedimiento de reclamación frente a la empresa.
Por tanto, si ha sido despedido/a, no dude en contactar con nosotros a la mayor brevedad para que podamos indicarle qué pasos seguir y de qué forma actuar.